No he podido verte porque la lluvia no me ha dejado
Aunque en Guadalajara, por lo regular, siempre tenemos un temporal de lluvias abundante, hay años en los que la naturaleza parece ensañarse. 2015 quedará marcado como un año de inundaciones y tormentas, muy a pesar de lo que pronosticaban los meteorólogos hace unos meses. David Izazaga Vives en una ciudad en la que, a partir...
Días de tortura
Quebrarse la pata, en el siglo pasado, cuando no había internet, debió haber sido verdaderamente terrible. Así le pasó al autor de este relato, que no sólo nos cuenta cómo se la quebró, sino las consecuencias que de ello se derivaron. David Izazaga Tendría como diez u once años cuando me quebré la...
Juamski, Las Monjas y el rottweiler
El autor de la siguiente crónica vivió muchos años en la Colonia Americana, colindante con la Lafayette. Estas tres estampas de situaciones vividas ahí, podrían ser las de cualquier otro habitante de la ciudad, en cualquier otra parte. Como ya se ha dicho, se trata de ejemplificar –con una historia– lo que sucede en...
El hoy que es como mañana, siempre
No hace falta más que echarle un ojo a cualquier oficina, no importa si es pública o privada (aunque sin duda proliferan más en las oficinas públicas) para encontrar cientos y cientos de historias como la de Pilla. La rutina, la burocracia… los días que son iguales, salvo por algún detalle extraordinario, que casi nunca...
El peatón cada vez importa menos
Abundan los casos en los que cada vez es más difícil caminar en la ciudad, hace años que en la zona metropolitana de Guadalajara se privilegia al automóvil sobre el peatón. Aquí sólo dos breves estampas de un par de puntos conflictivos en donde pierde quien camina: la glorieta del Álamo (que ya no es...
Dos en un parque, en todos los parques del mundo
“Porque mi oficio es precisamente negar la insignificancia.” José Saramago Por David Izazaga Todos los días, de lunes a viernes, están ahí a la misma hora. Todos los días pasan horas sentados en esa banca verde del parque que hoy está cubierto por una alfombra amarilla de hojas secas que crujen incluso ante...
La FIL, la misma de siempre, tan distinta
Última de las crónicas de la serie desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2012, en la que el autor más que contar una historia, trata de hacer un retrato de lo que para él es la FIL. Por David Izazaga La FIL. La que se repite cada año desde hace veinticinco, la...
Explosión de hormonas y rincones inhóspitos
La historia que todos los años se repite: de repente, cual peregrinación religiosa, aparecen decenas y decenas de camiones de los que bajan centenas y centenas de estudiantes que llegan a la FIL literalmente «acarreados», ¿para qué? Para hacer todo lo que se pueda menos ver y comprar libros. Es así. Por David Izazaga José...
Caminar y caminar y caminar…
Uno de los signos más visibles en la Feria del Libro es el cansancio. Y ante lo mucho que hay que caminar y los pocos -muy pocos- lugares para descansar, la gente se las ingenia, claro, en donde se lo permitan, porque hay partes -como los escalones y las barditas- en las que está prohibido...
Dos historias: Las nínfulas escandalosas y el gafete más despreciado
Cientos de historias se gestan todos los días por los pasillos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Aquí el autor nos narra dos en las que le tocó estar presente: la gente que va a la FIL a todo menos a ver libros y un penoso episodio en los baños. Por David Izazaga...
Cada quien su FIL, cada quién su celular
Lo que es una tendencia en la ciudad, el observar a todo tipo de gente hablando por su teléfono celular o haciendo cualquier cosa con el, incluso hasta manejando, se replica en la FIL: en los pasillos, en las presentaciones, en los baños, en los lugares más insospechados, pues, hay siempre alguien haciendo algo con...
Los ángeles de la FIL
Hay personajes que se repiten con cada edición de la FIL: los «ángeles» son un caso. He aquí algo sobre estos seres que, aunque pretenden que les salgan alas, resultan ser más terrenales que cualquier terrenal. Los ángeles de la FIL no tienen alas, no conocen el cielo y quizá muchos de ellos ni crean...