El diablo sólo existe para quitarnos las culpas y para pasar malos ratos. A veces, como en esta crónica, hace que un viaje paradisiaco se convierta en un infierno.   Por Víctor César Villalobos «El Chiva» …Las cuitas y desgracias del Diablo (en la Nueva España) inspiran no sólo conmiseración sino cierta simpatía. Luis Weckmann,...