Una enfermedad incurable
«Lo bueno es que vienes y se me hace más ligero todo. Me gusta hablar contigo. Eres mi mejor amiga. Si supieras cuánto te quiero, Ale. Si tan sólo lo supieras. Ven, vamos a ver la tele y deja que te abrace, así no me siento tan sola cuando no estás tú.» Por Alejandra Leyva...
La primera vez que ellos se vieron
Era más que evidente: él había concertado una cita con un extraño, alguien a quien no había visto jamás. Lo otro sólo era lógico: ese alguien debía ser otro hombre y no mayor de 25 años. El medio de contacto bien pudo haber sido una sala de chat o uno de esos portales a través...